DEMASIADA PASIÓN POR LA LECTURA
Sergio Gaut vel Hartman
No era de los que leen por matar el rato. Leía con unción, con fervor, casi con saña. Por eso no debe sorprender que los personajes de los libros que leía, excediéndose en sus atribuciones y derechos, solieran invadir su casa, beberle el licor y saquearle la heladera. Pero el verdadero problema ocurrió el día que empezó a aficionarse a la ciencia ficción y lo trágico sobrevino leyendo cierto cuento de Damon Knight, porque a los kanamitas no les interesaba el pollo frío.
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