miércoles, 7 de octubre de 2009

Besos subrepticios - Héctor Ranea


Besos subrepticios - Héctor Ranea
En las filas de pasajeros interestelares comenzó con timidez y luego fue confirmado en gran cantidad de casos: a las mujeres, que debían ser desnudadas antes de la inyección que les preparaban para la vida en suspenso vía coma químico, el androide encargado de hacerlo les daba un beso en el ombligo que les dejaba una marca bastante vergonzante e indeleble por el aceite usado en la saliva de estos aparatos.
Se lo reprogramó, pero el androide sólo cambiaba el lugar del ósculo. Finalmente hubo que sacrificarlo.
Ese día el androide lloró lágrimas del mismo aceite con el que dejaba sus marcas.

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