miércoles, 26 de diciembre de 2012

2010 – Isabel María González




Este año no fui. Yo, la que secretamente había asumido cada año el alma y el ritmo de la fiesta. Hubo brillos, comidas en exceso, sonrisas enlatadas, doscientas cuarenta uvas y ochenta besos.
Nadie sabía por qué aquel fin de año no había sido, como siempre, memorable, divertido, entrañable y tierno. Por qué no sonaron las canciones de sus vidas que acercaban un rato sus recuerdos y sus cuerpos. Por qué no bastaron el alcohol, la compañía ni fueron suficientes las lentejuelas ni el confeti ni las serpentinas.
Yo lo sé, pensé desde la estantería, quieta en esa foto en que me tienen.

Sobre la autora: Isabel María González

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