—Mire, licenciado —dijo el paciente acodándose en el diván y atreviéndose a enfrentar al terapeuta por primera vez—. Hago terapia con usted desde hace diecinueve años. Por entonces vine a resolver un problema porque supuse que el psicoanálisis era la solución. Pero ahora empiezo a pensar que no lo es. Esta terapia se eterniza y no veo que hayamos solucionado nada.
—¿Cómo que no solucionamos nada? —replicó el psicoanalista—. Diecinueve años, ciento treinta sesiones por año, unas dos mil quinientas sesiones en total a cien dólares promedio cada una. ¿Cómo cree que resolví mis problemas financieros y llegué a tener casa propia, un yate y pude mantener a mi amante...?
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Sergio Gaut vel Hartman
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