—¡Partime al medio! ¡Rompeme toda! ¡Haceme tuya! —exclamó la mujer, excitada por la perspectiva de un coito memorable con el extraterrestre. Los alienígenas habían llegado esa misma tarde a la Tierra, y en lugar de acordar un tratado de paz con los capos del planeta o arrasar las ciudades a sangre y fuego, se habían limitado a salir de las naves como un enjambre de abejas, ávidos y curiosos como turistas japoneses, simpáticos y bellos, idénticos en todo a los mejores ejemplares humanos, excepto por un pequeño detalle casi invisible: en su lenguaje no existían las metáforas ni el sentido figurado.
Sobre el Autor:
Sergio Gaut vel Hartman
2 comentarios:
¡Excelente! Me confirma lo que siempre pensé. ¡Cuántos extraterrestres hay a nuestro alrededor!
Cuentazo!!!! De esos que uno siempre quisiera escribir, con una ironía y sentido del humor tan fino que corta.
Excelente, Sergio.
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