El ángel tocó la trompeta final, el sonido se esparció por
el mundo entero. Los corruptos se ahogaron en virtud, los lascivos se
santiguaron pudorosos, la sed de justicia se apoderó de los odiosos; pero antes
del acto final hubo una gota de equidad entre los escogidos y sólo entonces el
mundo se apagó como una vela.
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Sergio Fabián Salinas Sixtos
Sergio Fabián Salinas Sixtos
1 comentario:
¡Fantástico cuento! Publica más...
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