miércoles, 3 de abril de 2013

¿Cuánto duran las fotos? - Héctor Ranea



Aparicio era excelente fotógrafo de muertos. Sus fotos no sólo eran decentes, más bien maravillosas. En Jeremio Norte tenían el mayor de los respetos por quien mantenía a cada muerto vivo, refugiado en su fotito sepia en sus casas.
El mismo Aparicio, al año o dos de descubrir su don, se daba por insuperable. Y no faltaban damiselas que lo quisieran de pretendiente.
Pero la noche cuando lo llamaron para sacarle fotos al angelito de la familia Traguio, supo que algo no andaba bien y después de eso comenzó a actuar como demente: no podía ser el mero azar, el muertito debía haber dejado un alga sombría en su mirada.
Él decía que, al meter la cabeza en la túnica de la cámara fotográfica, vio babas viscosas como esperma colando fuera de las orejas del niño.
Desde entonces los muertos están sin fotos en Jeremio Norte y Artemio sin sesos.



Acerca del autor: Héctor Ranea

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