Ella no dejaba de mirarse en el espejo,una, dos, tres , cien veces, miles de veces, millones de veces amando solamente su palabra; finalmente un exceso de amor y un dejo irónico se coló en sus verbos hasta hacerla colapsar: creer y amarse para sólo estar estar estar hasta morir sin recoger ni una lágrima, ni una palabra...
Sobre la autora:
Ana Caliyuri
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