lunes, 15 de abril de 2013

Desaparecida - Carlos Rodríguez Arévalo




En el cuarto había un agujero que se movía de vez en cuando, a veces estaba en el suelo, a veces en el techo o en alguna pared. La señora que hacía la limpieza cada dos días en la casa ya se había acostumbrado y hasta agradecía por que en ese cuarto había menos superficie que limpiar (sobretodo cuando aparecía en el piso), pero un día entró y no vio el agujero, cerró y el agujero estaba en la puerta del lado dentro, ahora no podía salir, tuvo que pasar la noche ahí hasta que se moviera de nuevo, mala suerte la de Juanita, que así se llamaba, dormirse justo a donde el agujero se le dio la gana desplazarse.

Tomado de Microtexteando

Sobre el autor: Carlos Rodríguz Arévalo

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