lunes, 5 de diciembre de 2011

Trabajo de demolición – Sergio Gaut vel Hartman



En cuanto las naves quedaron disimuladas entre los matorrales y arbustos espinosos, el jefe de la expedición invasora repartió los roles. La estrategia era sencilla, aunque desarrollada para ser efectiva en el largo plazo.
—¿Qué te tocó? —dijo uno.
—Pescador en un lugar llamado Galilea.
—¡A mí también! Creo que nos toca ser hermanos.
—Yo entro en escena en el segundo acto —dijo otro.
—¿Y a quién le toca el papel de Yesú?
—A mí —dijo uno con cara de pocos amigos—. Tengo que morir crucificado.
—¿Les parece que va a funcionar? —susurró uno.
—Estos nunca se equivocan —respondió el que había hablado primero—. Recuerden Tomashek.
—Es cierto. Pero allá demoramos unos seiscientos ciclos, y acá están previstos más de dos mil.
—Estos son testarudos y soberbios. No vamos a poder desmoronarlos tan fácilmente.

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