Cuando el príncipe Xuan del Reino de Qi pedía un concierto de dulzaina, solía tener hasta trescientos músicos tocando al unísono. Por esto un letrado, llamado Nanguo, solicitó un lugar en la orquesta y el príncipe, tomándole simpatía, le asignó un sueldo más que suficiente para mantener a varios cientos de hombres.
Después de la muerte del príncipe Xuan, subió al trono el príncipe Min, a quien le gustaban los solos.
En vista de eso, el letrado huyó.
Tomado de "121 fábulas chinas"
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