Nunca muero en viernes. Espero a que mi mujer encienda la barbacoa en el jardín, el sábado a mediodía. Entonces me encierro en el invernadero y ardo. El domingo renazco de mis cenizas y salimos a pasear por el parque. En el vecindario ya murmuran sobre la afición de mi mujer por la carne a la brasa.
Tomado del blog: La Cazadora de Relatos
Sobre la autora: Carmen de la Rosa
2 comentarios:
Opino que, si bien los autores tienen casi todo el crédito, bien pude decirse que los selectores tienen una mano afrancesada.
Muy buen texto...aunque yo me casaría con un buen asado argentino...
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