martes, 12 de febrero de 2013

El circo - Xavier Blanco


Y castiga sin postre al gigante, que la mira embutido en su ridículo disfraz de conejo y su cara de niño grande. Blancanieves se ha enfadado, esta vez con razón, ella hace lo imposible por reflotar la compañía, pero el ogro no entiende que es el hazmerreír del público, que sus fauces desdentadas ya no asustan a nadie. Intenta explicarle que son otros tiempos, que la grada quiere acción y necesita sangre. El gigantón sonríe esquivo y, moviendo las orejas blancas del disfraz, le promete que en la próxima función se comerá un niño. Ella disimula la risa y, acariciándole la nuca, le da golosinas.

Tomado del blog: Caleidoscopio
Sobre el autor: Xavier Blanco

2 comentarios:

Sergio Gaut vel Hartman dijo...

Muy logrado. No puedo menos que sentir compasión por el ogro, a pesar de su tremenda promesa.

Ogui dijo...

Además, ¡qué autocontrol, pobre muñeco!