—¿Entendí mal? —dijo la mujer sorprendida por el marido en la cama,
junto a dos señores desnudos, pero con sendas corbatas anudadas a sus
cuellos. Las corbatas la habían inducido a pensar que se trataba de
funcionarios del gobierno—. Me dijiste que es nuestra obligación
asegurar la perpetuación de la especie, ahora que los extraterrestres
nos han invadido.
—Estos tipos son los extraterrestres, querida, y lo más probable es que estos lagartos repulsivos te hayan preñado.
—¿Lagartos? Yo veo señores con corbata.
—Los disfraces son excelentes.
—Si
no fueras tan desconfiado —suspiró la mujer, desalentada—, y guardaras
condones en el cajón de la mesita de noche, la Tierra se hubiera
salvado.
Sobre el Autor:
Sergio Gaut vel Hartman
1 comentario:
La desconfianza no matará al hombre, pero sí que puede matar a la Humanidad. Aboguemos por tener confianza y condones en la mesita de luz.
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