“La profundidad de una melodía es proporcional a la condición humana. Siendo que en su principio las melodías quisiesen no decir nada.” No hablo de sólo saberla contemplar y otorgarle un lugar, digo de estar a la altura y ser consecuentes de su resonancia en nuestra vida. Cierto esto, mucha más emotividad en una misma melodía percibida por alguien bajo los avatares de la vida. Por consiguiente, muchas más vibraciones emocionales en la composición de una persona controversial y penante.
Sobre el autor: Cristian Cano
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