El volcán duerme, la volcán se desnuda, el meteorito cala hondo en la embocadura del caldero, la tierra se estremece. Todo visto desde tan lejos parece ser una
película muda.
La lava de la volcán se derrama. Con seguridad ahí va
también el meteorito, fundido en los estertores de la montaña desnuda.
Poco después, todo ya en calma, el volcán despierta, seguro de ser el
dueño de todo.
Tonantzintla se despierta con una sonrisa y el bullicio
de los chicos masticando golosina de caramelo con cacahuate.
El Autor:
Héctor Ranea
Foto: HR
1 comentario:
Tuve la fortuna de conocer la Iglesia de Tonazintla, Puebla, México.
ALUCINANTE¡¡¡¡
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