—Le hablé y me trató indiferente.
—Pero ¿eso no era lo que querías, que ya dejara de molestarte?
—Sí, pero siquiera hubiera preguntado cómo estaba, si me iba bien.
—Tú le pediste que se aleje.
—Pero igual, debió preguntarme por mis amigos mi familia, ser atento.
—Jajajajaja, en serio, hasta pienso que lo extrañas.
—¡Claro que lo extraño! Si no, ¿por qué iría a esas sesiones de espiritismo?
—Sí pues...
Acerca del autor: Sarko Medina Hinojosa
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