—¿Un
prostíbulo? ¿Le parece?
—El
personal se aburre.
—Que
jueguen al chinchón o a la generala.
—¿Sin
apuestas? No tiene gracia.
—¿Y cómo
le pagarían a las chicas?
—¿Chicas?
No pensamos en chicas. Nos pareció que usted, con esa facilidad que tiene para
transformarse, podría ser todas las meretrices al mismo tiempo. Dele, don Zeus,
¿qué le cuesta?
Acerca del autor: Sergio Gaut vel Hartman
Acerca del autor: Sergio Gaut vel Hartman
1 comentario:
jajaja genial!
Publicar un comentario