Cuando ella decía que no, él decía que sí, tuvieron que esperar la situación correcta para no contradecirse; no por que uno convenciera al otro, si no por que uno ya no pudo hablar. Lo último que ella dijo a él fue: “no te vayas”. Curioso por qué al final de todo él si contradijo y se fue sin decir palabra alguna.
Sobre el autor:
Carlos Rodríguz Arévalo
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