Yo puedo comprender la vulnerabilidad que me rodea. La fortaleza de mis locos pensamientos atravesando las barreras ignaras. Puedo hacerme eco del dolor de un grafiti, encerrado en una habitación a expensas del silencio de su dueño. Es más, puedo abrazarme a la complicidad de viejas filosofías, o lanzar el dardo de la duda que coronará el vacío de certezas. Sólo, me es difícil aceptar la insoportable gravedad de vivir en un siglo que se empeña en salir a la conquista del espacio para hacer lo mismo que hace en Tierra. Mientras tanto, escribo en la porfía de otros vientos.
Acerca de la autora:
Ana Caliyuri
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