Colmillos
El agujero en la pared se agrandó en los últimos días. Sospecho la inevitable presencia de invasores. Soldados saliendo con sus fusiles por la noche. Seres mutantes agazapados listos para saltar sobre mí.
Pero a los pocos días, por el agujero emerge un caracol. Me tranquilizo y pienso que fui un tonto al preocuparme tanto. Quizás los gruesos dientes que le asoman en su pequeña boca sean el único detalle fuera de lugar.
Tomado del blog:
Memorias del Dakota
Sobre el autor:
Alejandro Bentivoglio
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