El cobrador de impuestos Gregor Samsa se mueve con rapidez, realmente es una centella corriendo y, si lo pillan, resiste bastantes garrotazos y disimula sus desmayos con maestría. El cobrador de impuestos Gregor Samsa, si es necesario, despliega un par de élitros secos, dos alas robustas y ¡zas! Por lo rápido que vuela se confunde con un vencejo y nadie sabe más de él. Por un tiempo.
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