viernes, 18 de noviembre de 2011

Reincidente – Sergio Gaut vel Hartman


El guardián borró los pastiches que la pertinaz obstinación de la solipsita del planeta Tausomi, grababa diariamente en todos los muros de la Tierra. Pero la advenediza extraterrestre era astuta: tan pronto las inscripciones desaparecían, brotaban nuevas, aún más insulsas y quejumbrosas.
—¿Qué hago? —interrogó el guardián al sabio kirguís que vivía en la cima del Jengish Chokusu.
—Arrójala de cabeza en sus propios textos.
El guardián tomó el más nefasto de todos los poemas, lo colocó en una piscina y empujó a la solipsita… con tan poca fortuna que la alienígena quedó flotando en la masa de palabras vacías.

3 comentarios:

El Titán dijo...

me encantó Sergio y se en que alien estás pensando....

Ogui dijo...

¿Será que hay una invasión de ellos, pero no se dieron cuenta ni ellos porque sólo piensan en cada uno como los únicos y no se reconocen como sociedad? Inquietante cuento...

Sergio Gaut vel Hartman dijo...

Diste lugar a un nuevo cuentito compartido, querido Ogui. Pasá a verlo por Abducidores...