Escondés noche y pasados, lo que brilla no puede deslucirse. Pero tu espíritu es viejo y las heridas son de las que agradan. La sangre se esconde pero está allí, alzándose en tu buena vida. ¿Cuánto plástico vas a agregar a su certera sonrisa? Todo lo que amo lo sentís como hielo que separa los mares. Lo que deseamos son paralelas que no encuentran infinito. Lo que odio es todo por cuanto sabés engañar. ¿Acaso correr te hace más sabia? Seguro, todos podemos encontrar las cárceles de tus vestidos de lujo y tu mirada donde juegan los horizontes. Que tus pies descalzos no vuelvan a tocar los tajos en el mundo que solíamos abrir para ver. Qué terrible sería que a esta muñeca se le encuentren los pedazos de porcelana rota. Pequeña estrella mentirosa, muerta por dentro, nunca luciste tan bien.
Tomado del blog: Memorias del Dakota
El autor: Alejandro Bentivoglio
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