martes, 5 de junio de 2012

La doma – Héctor Ranea


—Esta vez está poniéndose de veras fiero —dijo para sus adentros Eleuterio Barboza, montando ese parejero que, como ya era costumbre en él, había robado la noche anterior—. Esta vez estás jodido, Barboza —pensó el gaucho. Desde que recordaba su vida había robado caballos para vivir de la cuarta al pértigo, huyéndole a los milicos y sin poder hacer otra cosa que fumarse lo que ganaba en la venta de los nobles fletes que se robaba—. Esta vez sí que estás frito, negro ‘e mierda —reflexionó, aunque el huracán de las crines le recordaba tantas otras aventuras. Pero esta vez el alazán que montaba era de ajedrez y lo estaban por entregar a cambio de una torre—. Si fuera un canje por la dama, por lo menos —alcanzó apenas a murmurar.

Sobre el autor: Héctor Ranea

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