—Me parece, Doctor, que está muerto. ¿Usted qué dice?
—Que para ser oficial de policía, tiene usted bastante criterio.
—No me haga sonrojar que me tomarán por bebida.
—Mejor eso y no que la beban por el sonrojo.
—Me está diciendo cosas que me ponen cachonda.
—No olvide la escena del crimen, oficial. Está el muerto.
—Los muertos no escuchan, Doctor. ¡Por qué no hacerlo aquí mismo!
—Eso traería algunos inconvenientes con mi situación, oficial. Compréndame.
—¡Maldita sea! ¿Me tenía que tocar un asexual?
—No; oficial. Se equivoca. Asexual no: muerto, señorita, usted lo dijo: estoy muerto.
Acerca del autor:
Héctor Ranea
2 comentarios:
Los muertos son asexuados...
no tengo autoridad sobre el tema. Algunas religiones no son tan taxativas...
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