Tuve que parar de leer mi novela en cuanto llegaron. Su discusión sobre quién era mejor, si Madonna o Lady Gaga, era incompatible con mi lectura de Doctor Zhivago. Por cómo miraban al guardia jurado que había apostado en el otro andén, supe enseguida que las dos chicas no habían validado el billete y encima tenían la desfachatez de no ceder su asiento a la viejecita temblorosa que acababa de llegar.
Cuando el tren llegó a la estación, suspiré aliviado y, agarrándolas con fuerza por el pelo, las arrojé a las vías. La locomotora frenó y, tras los gritos y el chirrido, disfruté de un maravilloso silencio. Abrí el libro y seguí leyendo.
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Joan Fontanillas Sánchez
3 comentarios:
Me encanta la imagen, muy "Zhivago".
Difícil de creer que hay clásicos con más edad que Madonna... Dr. Zhivago!! Jejeje Buen microrrelato!
Muchas gracias, Jorge. Comentarios así animan a seguir escribiendo (!).
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