Yo deseaba escribir un comentario impuro, manchado. Busqué tras mis sombras alguna porción de fango que me sirviese para tal menester. ¿A quién podría importarle el barro de mis pensamientos? En definitiva, esto de ser optimista me convierte en una criatura divertida, por lo cual , dado que el mundo es caótico siempre es preferible una buena carcajada a una impura palabra. Y entonces me remití a una fuente que seguramente todos conocen, por fortuna, no vaya a ser que se les ocurra pedirme la dirección de tamaña cosa. Es una fuente empírica, nonono, es una fuente arcaica, hecha de barro y cenizas. Hacia allí fui a buscar un impuro comentario y para mi sorpresa hallé el abismo de la humanidad desgajándose…
Sobre la autora:
Ana Caliyuri
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