Al comienzo todo era muy fácil. Cedíamos en nuestras pretensiones alternativa y sucesivamente. Pero el paso de los años enturbió nuestra relación y ya no nos poníamos de acuerdo ni para elegir el destino de las vacaciones.
Ella siempre prefirió el mar, a mí me gustó desde niño la montaña.
Este verano, decidimos separarnos.
Ella, embarcaría su equipaje en un avión para sobrevolar el océano Atlántico, rumbo al Caribe; a mí me esperarían las cumbres alpinas.
Lo peor es que mientras yo me quedé colgado de una soga, mi sombra en libertad, huyó con gran celeridad.
Tomado de No Comments
Sobre el autor: David Moreno
No hay comentarios:
Publicar un comentario