Solos, el alfabeto y yo. Un mundo de pieles diferentes, de arterias unidas, de troncos sustanciosos, de tiempos indelebles. He sentido la mudez y sin embargo, el francotirador lingüístico disparaba sin descanso las palabras sobre el nido del pensamiento. Creí bañar mis mensajes en su fuente, pero, cada día sus aguas fueron diversas. Sumar palabras no es azaroso, tal vez es el desleal desafío de creer que es posible llenar la copa infinita uniendo letras. Mas, hay un franco río que fluye eterno. ¿Yo? A pesar de todo ello, soy sólo un alma que busca revelar el Universo en un verso…
Acerca de la autora:
Ana María Caliyuri
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