Andaba el mundo preguntándose dónde estaba Dios, tras los terribles acontecimientos que desolaban el planeta cuando dos enormes dados rebotaron sobre la Tierra, provocando enormes cráteres, grandes tsunamis, incalculables destrozos materiales y millones de víctimas inocentes. La fuerza divina con la que habían sido lanzados los hacían imparables y, tras botar varias veces, fueron perdiendo velocidad y fuerza hasta que se detuvieron:
—¡Siete!
Sobre la autora: Isabel María González
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