Mamá no respeta mi espacio físico. Entra a mi habitación sin golpear,
hace oídos sordos a mis protestas. Ordena a su gusto, va poniendo las
cosas en bolsas rotuladas. No la entiendo. Se lo digo. Sigue sin oírme.
Tira a la basura mis frascos de colección. Tira el de pelusas, tira el
de mocos, tira el de uñas. Dice qué asco.
Mamá no respeta mi
espacio físico. No sé qué más hacer para que sepa que ya no soy un niño.
Pasa a través de mí y arroja a la basura aquella soga con la que hace
dos días me colgué del cuello.
Tomado de:
http://mepodesleeraca.blogspot.com.ar/
Acerca del autor:
Leo Dolengiewich
3 comentarios:
Te quedas con una sensación de desasosiego.
Un saludo
Leo:
Muy interesante historia del fantasma de aquel que fue y sigue siendo un desquiciado.
Saludos.
Gracias María y Arturo por leer y comentar.
Ha sido una muy grata sorpresa para mí haberme encontrado con este texto y con sus comentarios hoy aquí.
Saludos!
Publicar un comentario