La tecnología de los viajes espaciales ha alcanzado tal desarrollo que
de tanto en tanto es posible llegar a otra galaxia y quedarse allí
tomando café o comiendo alguna de las delicias del lugar. Y no me digan
que lo que estoy contando contiene ambigüedades: cuando digo que en los
restaurantes de la Pequeña Nube de Magallanes se come de maravillas,
pónganle la firma. Tal vez yo no sepa mucho de cosmonáutica e
hiperluminia, pero mis ciento veinte kilos gourmet son la prueba
palpable de que la gastronomía (o astronomía de glúcidos) es mi fuerte.
Acerca del autor: Sergio Gaut vel Hartman
1 comentario:
Lo invito a tomar birra en Silepsis 9...
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