En la oscuridad, a la Chuni el miedo le duele más que el hambre. Está en
cuclillas sobre el colchón que huele a sudores viejos; la espalda
contra la pared sin revoque y los brazos rodeando sus piernitas flacas,
por sentir algo que aplaque el vacío del pecho. La Sonia le dijo que
para los catorce la llevaría al cine; y le contó del castillo, la
princesa, el dragón y el príncipe. Hicieron catorce y la Chuni no fue al
cine; pero imagina que ella es la princesa, y la pieza es el castillo.
Sabe que los de afuera son peores que dragones y no espera príncipe sólo
por no saber para qué; pero sí a su mamá, que venga a rescatarla de
tanto miedo, y golpes y mugre.
La puerta se abre y aparece mamita:
―Pasá Cholo. Cuando salís me dejás la plata en la mesa.
La puerta se abre y aparece mamita:
―Pasá Cholo. Cuando salís me dejás la plata en la mesa.
Acerca del autor: Daniel Frini
1 comentario:
Brillante. Muy bueno, Daniel.
Nicolás
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