Transcurría el mes de octubre. Fernando siempre aparecía el día 28 de cada año y Florencia lo aguardaba de forma invariable sobre el diván con un gin tonic y la caja de música de la que salía una única melodía: “Yesterday”.
Ese día Fernando no llegó, ni al otro, ni al otro. Sencillamente no llegó.
Días después los aullidos de un perro alertaron que Florencia había muerto de espera. Los vecinos se ocuparon de todo, incluso de enterrarla.
La vistieron con el viejo gabán de Fernando, que nadie nunca supo por qué estaba colgado de la percha.
Sobre la autora. Mayda Bustamante
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