Se arrastraba buscando comida entre las ruinas de lo que en otros tiempos fue un lujoso centro comercial. La vida se había puesto imposible después del ataque viral masivo de los iraníes y la consiguiente epidemia de peste bubónica mutada de 2012, calamidades seguidas por el descongelamiento de los casquetes polares, el terremoto grado nueve y el devastador tsunami de 2013, a lo que se sumó la sequía global de 2015. Ni siquiera sabía qué lo impulsaba a sobrevivir o qué sentido tenía esforzarse por hacerlo. Ese día estaba hurgando una vez más en el boquete que comunicaba con el depósito de alimentos envasados cuando un ruido espantoso rasgó el silencio sepulcral. Alzó la vista y lo que vio en el cielo lo dejó pasmado.
—¿Por qué ahora? —musitó al contemplar la enorme mole de la nave que flotaba sobre su cabeza.
JUEGOS FLORALES 2024
Hace 3 meses
1 comentario:
Pinta fea la cosa, Sergio. Esperemos que lleguen un poco antes... suponiendo que no sea peor el remedio que la enfermedad.
Publicar un comentario