Me voy a poner diez anillos, gordos, grandes, rebujados, retorcidos. De
metal, madera, canutillos y piedritas. Y voy a salir por ahí con los
anillos y sin ropa a deambular los bares del barrio de Boedo. Voy a
empezar por el Café Margot. Le mostraré mis anillos a un poeta y luego
le voy a morder el cuello y me voy a reír a cántaros. Y él me va a mirar
con ojos de asombro y saldrá corriendo por Boedo al sur: pero yo lo voy
a seguir jadeante y sin tregua, hasta el Riachuelo.
Luego nos hundiremos juntos en el lodo, barro acuoso, agua cremosa
marrón con la misma densidad del shampoo. Y el poeta será el hombre
lodo, cubierto de chocolate. Yo lo voy a morder y lamer desde el cuello
hasta la tripa y me voy a reír otra vez. Y me voy a sacar los anillos
gordos rebujados de metal para que las caricias sean de crema. Y me voy a
reír otra vez.
Acerca de la autora:
Gabriela Baby
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