Silencio en la sala; se palpa la tensión del asunto a tratar entre los asistentes.
Ochenta años de sufrimiento y de búsqueda, reclamando un dónde que no llega. Y justo ahora, al final de su camino, las fuerzas le flaquean. Será por las dudas y desconfianza hacia el sistema; será por su dolor.
Frente al tribunal y de su acallada boca, un hilo de voz, de pena infinita, agoniza.
Lo único que consigue liberar con fuerza es un montón de tierra procedente de las decenas de cunetas recorridas y no investigadas.
Lo único que consigue liberar con fuerza es un montón de tierra procedente de las decenas de cunetas recorridas y no investigadas.
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