Viajé con un poeta en el colectivo de ida. Me confesó que había decidido matarse al arribar a su pequeño monoambiente pero que aún no sabía cómo.
—Estoy cansado de mí —me dijo—. De pequeño ambicionaba sobre la vida, cada amanecer buscaba más; ahora no tan viejo, ni siquiera ambiciono dinero. Esa es mi causa.
Acabo de entrar a la cama y entre los pensamientos nocturnos me percaté de que ese hombre no era un costumbrista, sino tan sólo otro poeta que no fue.
Espero que finalmente haya optado por escribir y no por suicidarse.
Acerca de la autora:
María Gimena Barboza Dri
1 comentario:
María Gimena:
Muy bueno tu texto.
Es que el hombre ya estaba de vuelta de todo, no tenía más deseos y lo dominaba la desesperanza.
Quizás algún hecho fortuito lo incite a escribir tantas experiencias. Todos lo hacemos.
Saludos.
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