Se posicionó en la cima del hilo y se dejó caer con los brazos abiertos. A medida que caía iba manoteando palabras, por lo que al llegar al suelo tenía un gran cúmulo de sustantivos, adjetivos, verbos y también pronombres, artículos, adverbios, preposiciones y conjunciones. En realidad no tenía mucha idea de cómo organizarlas, ya que era ladrón, no escritor. Pero se las arregló bastante bien y pudo vender el producto en una editorial de Benin cuyo propietario, impresionable en extremo, además de no saber castellano era analfabeto.
El autor:
Sergio Gaut vel Hartman
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