miércoles, 22 de agosto de 2012

Vos quedate en el molde que te corto los huevos... - Fernando Andrés Puga


Ella, sentada en la mesa del rincón con la cabeza gacha, revolvia con lentitud el pocillo de café. Te acercaste creyendo que no te veía, pero apenas te tuvo a su alcance saltó de la silla y se te vino encima. No necesitó armas para inmovilizarte. Le bastó con doblarte el brazo y apretarte contra la pared.
¿Qué te susurró al oído antes de soltarte? Ha de haber sido muy convincente, porque te quedaste manso como un corderito. Habías perdido ese arrebato furioso que te hizo aceptar esa cita en el bar en la que pensabas hacerle pagar por lo que había hecho.
Blanco como quien le vio el rostro a la muerte, saliste del bar a los ponchazos. Por poco no te lleva puesto un motociclista que logró esquivarte de casualidad. Subiste, encendiste el motor y me dijiste:
—Vamos, a toda máquina. Esta batalla está perdida.

Acerca del autor: Fernando Puga

No hay comentarios: