viernes, 21 de septiembre de 2012

Ahogado en abismos textuales – Armando Azeglio



En alguna parte de su ser, en algún sedimento de su conciencia, yacía sucio —y sin intención— un texto confesional, quizás un sibilino. En medio de la lluvia (cianótico, desvariado y en toga) argumentaba sórdidos soliloquios en su defensa. O (enojado y ebrio de pegamento) profería imperiosa su condena. Era cuestión de “vida o muerte”, decía él. “Cuestión de tiempo” argüía yo. Un día no aguantó más. Anticipó —sin reservas— su alejamiento. Dijo que le entregaría el rollo a Prometeo, su amigo (yo hubiera preferido que Cronos lo devorara). Tomó una daga y se abrió el cuello. Con la zurda hurgó hacia arriba… y extrajo algo. Próximo al final me dijo (con una suerte de ronquido) que leyera la sección novena. Lo hice. Al instante primero me faltó el aire. Al segundo me puse morado. Luego, dejé de escribir…

Sobre el autor: Armando Azeglio

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