sábado, 14 de julio de 2012

Anábasis - Héctor Ranea



La historia la registró el general Jenofonte. Los diez mil tardaron tanto en cruzar Anatolia, que pocos de los que partieron llegaron a ver el suelo natal otra vez. Muchos murieron de hambre, otros miles fueron muertos por los ejércitos de los países invadidos. Otros se salvaron quedándose a trabajar la tierra que fueron a conquistar, conquistados a su vez por sus mujeres. En una de las vueltas del camino, encontraron un ciego y su báculo solos en la inmensidad de lo desconocido sin marca. Jenofonte lo reconoció de inmediato y le pidió que recitase alguna historia para la tropa. Borges debió recitar la muerte de los diez mil, ocurrida siglos antes. Fueron las primeras lágrimas de Jenofonte en siglos.


Acerca del autor:
Héctor Ranea

5 comentarios:

pato dijo...

Sublime.
Pato.

La Nínfula dijo...

Vaya... lindos juegos.
Saludos

Olga A. de Linares dijo...

¡Excelente! ¡Qué buen cuento, Héctor! Aplausos y felicitaciones al por mayor.

Ogui dijo...

Gracias diez mil (bebamos por Jenofonte)!

Sergio Gaut vel Hartman dijo...

A casi cuatro años de publicado, pasamos este texto (y otros) a la primera página del blog para que lo lean los que nos conocieron más tarde.