lunes, 23 de julio de 2012

Al amigo desconocido - David Vivancos Allepuz



La que siempre lucía antes de que los bombardeos acabasen con él, concluyó Criado. Y yo quise decir que sí, que tenía razón, en cuanto podía hacía ostentación de aquella pitillera, regalo del subsecretario de Gobernación, que tantas veces nos había mostrado cuando quería presumir de contactos en el ministerio. Cierto, Criado, cuánto alardeaba de su insignia del sindicato, siendo peligroso como era, se me adelantó Illescas. Illescas, Criado se refería a que lucía mucha pluma, rió alguien. Pues yo pensaba que hablabais de su dentadura postiza, la había mandado hacer en Suiza, apuntó Gorostiza, algo corrido. Nos miramos incómodos. Pedí otro café más que nada para romper ese silencio tan embarazoso.


No hay comentarios: