Oigo tu respiración entre las sábanas, hipnótica y relajada, e intuyo tu presencia a mi lado. Abro los ojos para descubrirte de nuevo, como cada mañana, y apoyado en la almohada, frente a mí, encuentro mi rostro desencajado, simétrico, mirándome fijamente con la misma expresión de espanto que debo tener yo ahora.
3 comentarios:
¡Espeluznantemente bueno Víctor! Me gusta mucho la serie de Albadas.
Saludos!
Muy buen microrrelato Víctor, conciso.
Un abrazo
Gracias, Claudia y David. En mi blog podéis leer la serie completa de albadas.
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