martes, 28 de septiembre de 2010

Monstrua - Lilian Elphick


Un brillo. Una luz. Ahora. Un dolor irisado se te ve en los ojos. Así me miras cuando hemos estado perdidos en la noche, lenguajeando, mientras yo te extraño porque te vas y te quedas y ningún beso florece sobre las almohadas. 
Desgloso tus pequeñas trizaduras: es por ahí que te escapas, sin aristas, desarenado, limpio. Y es ahí que soy la piel ajena que a veces guarda la tuya en forma de mi recuerdo. O el hielo que quema su confesión: ¿Sabías que las palabras pueden manifestarse como un puño? ¿Alcanzarás a cobijarte bajo la sombra de mi mediodía?
Poco quiero decir de la añoranza: ritual espejeante; la brutalidad de la máscara.