jueves, 2 de septiembre de 2010

Legítima defensa - Lilian Elphick


Veintisiete huesos dentro de mí, un revolotear de uñas y cutículas, tu dedo índice sermoneándome mientras se deshace, el anular perdido para siempre. No estoy arrepentida, la boca está bien puesta, aunque tenga la lengua un poco ahorcada y la mandíbula como la de una boa. Quizás deba ir al dentista. Tu sangre tiñó mis muelas y se está coagulando en mis encías. Arg. Y a la jueza le diré la verdad y nada más que la verdad: que tenías la mano dura.

8 comentarios:

Claudia Sánchez dijo...

Excelente relato, con denuncia social incluida. ¡Bravo Lilian!
Saludos!

Ogui dijo...

Impresionante, Lilian. ¿Qué más se fue con el anular?

Víctor dijo...

Impresionante uso del doble sentido, Lilian. Enhorabuena.

Javier López dijo...

Ufff ¡qué bueno! Impresionante.

Laura dijo...

qué lindo cuento

Chula dijo...

Me ha encantado. Breve, directo y con muchísimo contenido.

David Baizabal dijo...

Excelente microrrelato, el final le da un giro interesante y refinado.

Abol dijo...

Muchas gracias por los comentarios.

Un abrazo,
Lilian.