Todavía es de noche cuando se reúnen en la plaza. Repasan que todo
el material esté preparado en el interior de los todoterrenos. Colocan a
las espaldas sus escopetas y la munición, en las cinturas. Los perros,
mientras, aguardan impacientes dentro de los remolques con la
adrenalina a tope.
Minutos después,
camuflados, cada cazador repartido estratégicamente en su puesto de
vigía, permanecen atentos a cualquier movimiento que indique la
presencia de jabalíes.
De repente, los ladridos de los perros alertan de la cercanía de las presas.
Tras los árboles y huyendo a toda prisa aparecen trolls, duendes, gnomos, hadas y otros seres fantásticos.
Hoy la cacería será mágica.Tomado de No Comments
Sobre el autor: David Moreno
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