Durante años la princesa recorrió los reinos vecinos en busca de su príncipe azul pero a todos les faltaba algo para parecerse a la imagen prototípica que ella había ideado de él siendo niña; muy a su pesar, ninguno de los miles de apuestos galanes que encontró durante el largo viaje, solícitos y educados, consiguió cautivarla. Años más tarde, convertida ya en una vieja princesa solterona y decrépita, cayó en la cuenta de su error cuando tras un chequeo rutinario el médico de palacio le diagnosticó daltonismo.
Tomado de
Realidades para Lelos
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