Mi lector abrió por la página en la que se había quedado el día anterior. Intentó retomar el hilo de mi historia, pero fue imposible. Un fuerte y repentino viento hizo desaparecer en un remolino las palabras en ella escritas. Por suerte me salvé en el último momento agarrándome a una exclamación que estaba bien impresa al papel.
Pasada la tempestad pretendió seguir leyendo pero no sé por dónde guiarle. Estoy rodeado por una blancura que parece eterna.
Tomado de http://nocomentsno.blogspot.com/
Imagen: Christina Rossetti de Dante Gabriel Rossetti en http://www.britannica.com
1 comentario:
Bueno, este micro de David. Muy bueno.
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